El último día de vacaciones, el día 7, vinieron a comer a casa mis suegros y mis cuñados. Preparé una lasaña el día anterior, y esa mañana, Luis y yo preparamos unos entrantes.
De postre, quería tener algo dulce, pero sé que a mi suegra no le van mucho los dulces muy dulces, (valga la redundancia), aunque últimamente estoy acertando, jeje. Le encanta el hojaldre, y casualmente tenía en la nevera un paquete de hojaldre refrigerado, así que busqué alguna crema para rellenarlo.
Había leído en varias ocasiones hablar del lemon curd, lo que viene a ser una crema de limón, y ésta me pareció una buena ocasión para prepararla. Lo hice la noche anterior, y eso que llevaba adelantado. Por la mañana horneé el hojaldre en cuadraditos y cuando se enfrió los corté por la mitad y los rellené con la crema.
Quedaron muy bonitos, la verdad, decorados con azúcar glass por encima. De sabor... creo que debí poner algo de piel blanca del limón, porque estaba un pelín amargo, pero aún así, no sobró casi ninguno, que volaron al día siguiente en las manos de Luis...
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